lunes, 31 de agosto de 2009

Maestros pasan al pizarrón

Tras la madeja de número en las estadísticas del gobierno existe el conocimiento de que hay un aumento de la población de 15 a 18 años en Sinaloa, que estos jóvenes carecen de un proyecto de vida y, lo que es más grave aún: que están tan deprimidos que quieren suicidarse.
El consumo de drogas y el alistarse en las filas del narco tiene sus orígenes en la desesperación en muchos casos.
En este panorama aparece una reforma educativa con matices incluyentes que tiene por objeto el rescatar a estos jóvenes. 
El programa Constrúyete, por ejemplo, inmerso en estas brigadas de salvamento dice que los jóvenes deben conocerse a sí mismos, a desear un clima de paz y participar en eventos grupales de construcción.
Por su parte, el gobierno federal avienta un caucho de 105 mil millones de pesos a Sinaloa para emprender una cruzada que manda, por principio de cuentas, a que los maestros pasen al pizarrón, que aprendan para luego enseñar. Y ésto sí que sería un cambio. El hecho de que los maestros estén en la posibilidad de ser reprobados y tengan que repetir y estudiar la lección una y otra vez pondrá en el dilema al Estado, pues será antipopular-así lo entienden los sindicatos- el despedir a un maestro sólo por el hecho de ser ineficiente.
En esta reforma, que comenzó en febrero del 2008, asoma un nota discordante. Por un lado la federación destina 555 mil millones de pesos para la enseñanza media, y por otro contempla un recorte en el presupuesto para las universidades que "no excederá", dice, del uno por ciento.
Lo que quiere decir que después de haber terminado la prepa la universidad será incierta.
De cualquier modo, esta reforma, nutrida con medidas de capacitación y supervisiones periódicas, ubica a la educación como un "eje de desarrollo Nacional", una meta descomunal y noble si cada uno de los sectores sociales cumple con disciplina su tarea. Es decir: que los centros de educación, gobierno, padres de familia, estudiantes, medios de comunicación hagan su trabajo resistiendo las tentaciones del chayote, compadrazgos, condescendencias, ya que estos vicios tienen la capacidad de desmantelar los bien afinados planes de Estado en la misma forma en que hambrientas termitas desmoronarían un partenón.
La educación como eje de desarrollo urge y, aunque tarde ocho años en cristalizarse, debe darse en una plataforma libre de vicios políticos, de intereses sindicales y los típicos favoritismos.
Su eficacia se podrá lograr con la participación activa de los reporteros águila, de aquellos carroñeros que ven la piltrafa desde el aire y se lanzan para acabar con ésta.
Asimismo la intervención de los padres de familia y los alumnos, beneficiarios directos de esta reforma es primordial.
Así que Vigilar y protestar son los verbos principales en una población en proceso de aprender un lenguaje en la universidad histórica.

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